
El poder perpetuo que profundiza la grieta social, estrecha los caminos y agota la empatía, se envuelve de gris y pena. Son unos pocos los que sueñan con realidades que se palpan; el resto, la masa mayoritaria, aguarda a que la antítesis emerja y la síntesis – finalmente – active la verdadera ciudad que todo lo tiene, que todo lo genera.
La política se construye desde una cultura antagónica, que empuja sus contradicciones y revoluciona, para evolucionar hacia la mejor forma de sociedad real, ya no líquida, ya no atravesada por la antipatía individual y narcisista.

La ciudad aletargada, que crece y muestra su estirpe de pura sangre, no deja de abrir heridas, sin cerrar las antiguas, sin evitar las que vendrán. Es momento de salir del sueño y asistir al valor del compromiso colectivo que active los sentidos y despierte un ciclo que abrace a las grandes y verdaderas mayorías.
La realización personal, en el reflejo de ese “otro” que es distinto a nosotros, pero que goza plenamente de esa realización, a la que muchos solo llegan a través de viaje utópico, nos ha hundido en esa nueva alienación. El Hombre actual se sumerge en profecías auto cumplidas, en sacrificios que expresan el triunfo del competidor aislado, del meritocrático, cuya cosmética oculta un reflejo de lo que debe elevarse: la multitud cooperante.
Tandil oculta un lado que segrega, y margina a un amplio sector de su pueblo; el crecimiento, sin distribución, sin efecto derrame, sin equidad y sin la presencia del Estado en sectores clave, para el desarrollo óptimo de cualquier sociedad. Es momento de potenciar la inclusión, la formalización de las actividades que también otorgan valor agregado; un valor que se relaciona con la cooperación, con puentes para el desarrollo, con polos de atracción que generen productividad, mercado, proveeduría y conectividad.
La renovación debe surgir de acuerdos, no ya un mero consenso respecto a cómo vemos algo, sin demasiado involucramiento, que focalicen en denominadores comunes; es decir, sobre la base de:
- A – Una reconfiguración de las relaciones laborales en un contexto donde el capital transnacional (global y globalizante) prescinde del empleo y del trabajo convencional, como instrumento central para la generación de utilidades; la marcada estratificación de los ingresos y de los rubros que se establecen como puntales de los mismos, excluye un amplio porcentaje de la población que ingresa al empleo informal, no registrado y precarizado, frente al cada vez más concentrado segmento de ingresos altos, cuya concentración bifurca cualquier promedio representativo;
- B – Un equitativo esquema de acceso al crédito y a la financiación, que permita incrementar las posibilidades de que la vivienda se convierta en realidad, sobre la base de engranajes entre la construcción, el empleo, el crédito y el capital; asistimos, desde hace varios lustros, a un incremento del valor de la tierra, para inversiones particulares, con escasa (o nula) intervención del Estado, no solo como regulador, sino también como socio estratégico de un crecimiento demográfico y socioeconómico, equilibrado; muchos inquilinos, concentración de propietarios, valores por encima de la media del mercado, restricción de acceso al crédito, ausencia del estado como rector del proceso;
- C – Tandil, a contramano de su estética e imágen relacionada con la naturaleza y el medio ambiente, esconde un mecanismo de rendición – y entrega – del capital verde a las grandes corporaciones, no sólo vinculadas al complejo agro industrial exportador, sino también al conglomerado inmobiliario-turístico, con una fuerte impronta pro mercado, en detrimento de las modernas metrópolis sustentables, donde la armónica convivencia entre el avance de la modernidad amalgame procesos sustentables; es necesario un fuerte compromiso del Estado, en materia de regulación y planificación – sin que antes se garantice la protección – de la explotación de los suelos urbanos y periurbanos, debemos tener como bandera la preservación de nuestro cordon serrano, y evitar la actual dispersión urbanística;
- D – La conformación de alianzas estratégicas con el capital, con miras a la conformación de cordones productivos que revalorizan y robustecen el producto originario, con manufactura y elaboración; garantizando fuentes de trabajo, una vuelta al trabajo agrario-urbano, con una fuerte interrelación entre las zonas peri urbanas, el despoblado campo y las grandes urbanizaciones;
- E – Diseño de matrices productivas exportadoras con tramo de producción de valor, para garantizar no ya la exportación de materia prima y commodities, sino productos de elaboración y valor agregado desde la base de la cadena; la denominación de origen y el denominado kilómetro cero, entran en esta dinámica central para el desarrollo;
- F – Identificación de nichos productivos – formales e informales – que permitan una correcta asignación de recursos estatales, que acompañen el desarrollo regional, formalicen las distintas actividades, gestión la capacitación y formación constante, incluso de oficios considerados obsoletos;
- G – Fortalecimiento del relacionamiento institucional, sobre la base de convenios regidos sobre el principio del desarrollo regional con trabajo y valor agregado; hablamos del sector académico – polo y nichos tecnológicos y de acompañamiento integral -, del sector que concentra en capital privado y toda su potencialidad de crecimiento y del Estado, donde la democracia se (re) configure y se convierta en generadora de recursos.
Sobre la base de este tipo de propuestas, se encuentra la voluntad política que acompañe el cambio. Tandil ha sido, con su potencialidad de crecimiento y su innegable empuje regional, una ciudad para pocos, donde son varios los sueños y pocas las realidades que se asemejan a la expectativa de las mayorías.
Vamos por una ciudad que resuelva los problemas presentes, convocando a la universidad, trabajadores, empresas, cultura y jóvenes. Una ciudad que convoque a productores y consumidores, para que comprar alimentos sanos y bienes de calidad no sea un privilegio inaccesible. Una ciudad que planifique una movilidad urbana virtuosa entre las 4 avenidas, los barrios y la periferia urbano rural.